miércoles, 13 de julio de 2005

Elecciones Edomex: ¿Anticipo del 2006?

La elección de Gobernador del Estado de México es considerada por muchos como la antesala de la elección presidencial del 2006.

Sería demasiado aventurado concluir que el resultado de una elección local es un indicador de lo que será el desenlace de la elección presidencial: el probable triunfo del PRI en el Edomex no es un adelanto del regreso del PRI a Los Pinos en el 2006.

Me parece que los aspectos más destacables de la elección mexiquense en relación a la elección presidencial del 2006 son los siguientes:

1. Crisis de los partidos. En el Estado de México, el PRI arrancó su proceso de elección de candidato con la participación de aspirantes de mucho peso, como Carlos Hank Rhon e Isidro Pastor, y algunos no tan conocidos, como Enrique Peña. En el proceso interno se tradujo en un enfrentamiento entre las corrientes políticas locales, y entre la dirigencia nacional del PRI y el grupo político del Gobernador. El proceso generó tal fractura que se tuvo que abortar para dar cauce a un candidato de unidad. Como consecuencia, Isidro Pastor renunció al PRI.

El PAN, por su parte, celebró una elección interna en la que resultó triunfador el ex Alcalde de Tlalnepantla, Rubén Mendoza, pero ésta fue inmediatamente impugnada por su contrincante, el ex candidato a Gobernador por este partido en 1999, José Luis Durán, alegando que se había cometido fraude. A pesar de los intentos de reponer la elección, finalmente la dirigencia nacional del PAN decidió apoyar a Mendoza, pero con el repliegue de la corriente perdedora.

El PRD no celebró elecciones internas. La designación de una candidata apartidista, la ex dirigente nacional de la Canacintra, Yeidckol Polenvsky, surgió con el deseo de generar una alianza ciudadana a favor del PRD.

Los partidos políticos siguen detentando en México el monopolio de las candidaturas, pero llegan a la elección del 2006 con una asignatura pendiente: la democracia interna.

2. ¿Quién regula las precampañas? Las precampañas en el Estado de México se llevaron a cabo en medio de un vacío legal que impidió el control en cuanto a los tiempos y gastos. Lo mismo sucede a nivel nacional. Salvo excepciones muy contadas en algunos estados del País, las precampañas suelen extenderse indefinidamente ante el hastío de buena parte de la población.

3. ¿Quién respeta los topes de campaña? El tope de los gastos de campaña en el Estado de México es de 216 millones de pesos por cada candidato a Gobernador.

El problema de los topes de campaña es que el sistema de fiscalización se hace de acuerdo a reportes que se presentan una vez concluida la elección. Esto alienta a los candidatos a rebasar los topes bajo el argumento de que "es mejor defender la elección con el triunfo en la mano, que impugnarla como candidato perdedor".

Como el sistema de fiscalización es el mismo a nivel nacional, nada nos asegura que en el 2006 no se vuelvan a repetir las controversias en torno los amigos de Fox y el llamado Pemexgate.

4. Crisis de la video-política. Lo que más me ha sorprendido de la elección del Edomex y de las precampañas presidenciales actualmente en curso es la pobreza de los mensajes televisivos. La video-política en México es relativamente reciente, pero lo que estamos presenciando hoy en día es algo muy lamentable. No veo innovación por ninguna parte. Por el contrario, existe un retroceso con relación a campañas como la del PAN del 97 o la Fox del 2000.

Las campañas televisivas del Estado de México y las precampañas nacionales se encuentran atrapadas en el posicionamiento de la imagen de los candidatos en base a sus virtudes físicas. Explotan ilimitadamente la aparición del candidato frente a las cámaras. Sobredimensionan hasta el absurdo la importancia del lema, con frases muy desgastadas y sin sentido. Están plagadas de plagios y lugares comunes. La descalificación prevalece sobre las propuestas. Lo más grave de todo es que esto se traducirá, seguramente, en una importante abstención.

5. El triunfo local no asegura el presidencial. La tesis de los estrategas nacionales del PRI rumbo al 2006 consiste en sumar los triunfos locales como un pronóstico de lo que sucederá en la elección presidencial.

Aun cuando el PRI gane la elección del Edomex, está por verse que ésta sea la antesala del regreso a Los Pinos en el 2006. Para el PRI el reto es romper el estigma de ganar las elecciones locales y perder la presidencial, como sucedió en el 2000.

Para el PAN, la derrota en el Estado de México y Nayarit confirmará su pobre desempeño en las elecciones locales después del 2000. La gran paradoja del PAN es haber ganado la elección presidencial, y, sin embargo, perder la mayoría de las elecciones locales.

Este domingo, el PRD puede dar la sorpresa en el Edomex y Nayarit al desplazar al PAN en el segundo lugar de los resultados electorales. El ascenso electoral del PRD en el 2005 se explica por el factor López Obrador. Sin embargo, la elección del Edomex ha demostrado, también, que la popularidad nacional de Jefe de Gobierno del DF no es transferible al grado de garantizar el triunfo de sus candidatos. El PRD podría ganar la elección presidencial sin haber ganado la mayoría de elecciones estatales, ni contar con una base de movilización territorial como la que puede tener el PRI y el PAN, tal como sucedió con Fox en el 2000.

Con toda seguridad, la elección del Estado de México se decidirá en los tribunales, quienes tendrán que resolver la controversia en torno a los gastos de campaña.

Nos acercamos al 2006 no sólo en medio de la crisis de los partidos, sino también ante el agotamiento de las formas tradicionales de hacer política y con muchos vacíos jurídicos en materia de control de gastos y financiamiento de campañas y precampañas. El reto para el 2006 es evitar que las campañas se desarrollen ante el hastío e indiferencia generalizada de los electores, y que los ataques prevalezcan sobre las propuestas: la elección debe resolverse en las urnas, no en los tribunales.

(Este artículo se publicó en el periódico El Norte el 03-07-05)